Madrid
Madrid está en constante movimiento, las formas de su arquitectura se desdibujan en un juego de luces y sombras. Sus calles se llenan de color, no solo en sus fachadas, sino en la energĂa que fluye entre sus rincones. La ciudad se transforma ante los ojos, de la quietud de sus plazas y jardines a la vibrante mezcla de modernidad y tradiciĂłn. Madrid se despliega como una paleta de contrastes, donde cada esquina, cada paisaje urbano, invita a ser interpretado, a ser pintado de nuevo, una y otra vez.